Decidí, por lo tanto, dedicarme los sábados por la mañana a limpiarla concienzudamente. El reparto de tareas familiar me llevó a pasar la mopa, y limpiar el polvo. Negocié bien, ya que las otras dos opciones eran limpiar los baños y fregar.
Al mes ya estaba literalmente aburrido de limpiar la casa, ya que me llevaba toda la mañana del sábado. Y entonces decidí poner en práctica la segunda regla de la gestión del tiempo: limitar el tiempo de las tareas.
Por lo tanto, cada sábado, antes de ponerme a limpiar, decidía cuánto tiempo iba a estar limpiando. De esta forma he llegado, actualmente, a emplear entre 30 y 45 minutos.
Y es que si no somos rigurosos acotando el tiempo que le dedicamos a una tarea, esa actividad se expandirá hasta llenar todo el tiempo del que dispongamos. Si nos acotamos el tiempo, seremos más conscientes del tiempo que utilizamos en cada actividad y más exigentes con nosotros mismos.
Saludos,
Raúl.
P.D: aquí la regla nº1 de la gestión del tiempo.
P.D: aquí la regla nº1 de la gestión del tiempo.
Hola Raúl!
ResponderEliminarMuchas felicidades por tu blog, la verdad que me han parecido interesantes las entradas que tienes y te deseo mucha suerte con él.
Un saludo.
Muchas gracias Alejandro.
EliminarLo más difícil es perseverar, y eso es lo que espero lograr, a mi ritmo, pero perseverar.
Saludos,
Raúl.