martes, 5 de junio de 2012

Lo complicado de valorar las consecuencias: el dedo meñique de mi mano izquierda.

Esto ocurrió cuando era muy pequeño, quizá cuando tenía 3 ó 4 años. Volvíamos de un viaje familiar, y al bajar del coche, mi hermano mayor descubrió unas piedras colocadas en hilera. Eran de un tamaño bastante grande, así que anduvo sobre la hilera de piedras haciendo equilibrios y saltó unos cristales rotos que había al finalizar la fila de piedras. Yo, ni corto ni perezoso, traté de imitar a mi hermano. Así que caminé por encima de las piedras, pero al finalizar éstas, no salté los cristales, sino que salté en los cristales. Puse las manos, y me corté en la mano izquierda.

Este suceso fue el que provocó que desde entonces no pueda doblar el dedo meñique de la mano izquierda, y que tenga una cicatriz considerable en la mano. El corte seccionó los tendones de tres de los dedos de mi mano izquierda (corazón, anular y meñique), y fue imposible coser el del dedo meñique, ya que se retrajo rápidamente.

- "Bueno, es el dedo meñique... es la mano izquierda..." me decía la gente tratando de restarle importancia a lo sucedido.

Y la verdad es que no poder doblar el dedo meñique de la mano izquierda, no ha sido una barrera en mi vida. Pero de lo que nadie se dio cuenta en ese momento, fue de una consecuencia que si no me gustase la música ni siquiera yo me hubiera dado cuenta jamás. Y es la complicación de tocar un instrumento musical (guitarra, teclado, flauta...) sin poder doblar el dedo meñique de la mano izquierda.

Y es que en ocasiones es muy complicado prever las consecuencias de ciertos hechos o comportamientos, aunque sean tan pequeños como el dedo meñique de la mano izquierda.

Saludos,
Raúl.

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