He de reconocer que en mi juventud tuve una etapa de estudiante rebelde. Comenzó en 2º de EGB y me duró hasta 3º de BUP. Más o menos de los 7 a los 17 años.
En 4º de EGB, tuve algunos rifirrafes con mi profesora (que era una santa), y que llegaron a su culmen un día que ya desesperada, me espetó:
- ¡Raúl, coge la puerta y vete fuera de clase! ¡Al pasillo!
Me levanté de la silla y me dirigí directo a la puerta. Un grito de la profesora evitó que sacara la puerta de sus goznes, que ya tenía bien agarrada.
Constantemente utilizamos frases hechas sin darnos cuenta. Y una reacción literal de los demás a nuestra comunicación nos dejaría estupefactos. Como muestra un botón:
Dos personas se cruzan por la calle, le dice una a otra:
- Perdona, ¿tienes hora?
El otro responde:
- Sí.
Y continúa andando.
Saludos,
Raúl.
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