Es evidente que la puntualidad hay que cumplirla tanto al iniciar una reunión, como al finalizarla. Pues bien, en esa empresa, siempre se seguían las mismas reglas sobre puntualidad, tanto al empezar como al terminar.
El inicio de una reunión siempre era a la misma hora: 20 minutos más tarde de lo que se había convocado.
La finalización de la reunión también se conocía con antelación: independientemente de la hora que apareciera en el orden del día, siempre terminaba a las 14 horas. Porque era la hora de irse a comer.
Si es que gestionar la puntualidad en las reuniones tampoco es tan difícil...
Saludos,
Raúl.
El inicio de una reunión siempre era a la misma hora: 20 minutos más tarde de lo que se había convocado.
La finalización de la reunión también se conocía con antelación: independientemente de la hora que apareciera en el orden del día, siempre terminaba a las 14 horas. Porque era la hora de irse a comer.
Si es que gestionar la puntualidad en las reuniones tampoco es tan difícil...
Saludos,
Raúl.
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