miércoles, 27 de junio de 2012

La aptitud sin esfuerzo no es nada.

Cuando cursaba 3º de EGB aprendí a tocar la flauta dulce en el colegio. Creo que es una experiencia que todos (los de mi generación) hemos tenido.


Flauta Dulce

He de reconocer que la música siempre me ha gustado, y estoy convencido de que una de las razones fue tener buen oído musical cuando era pequeño. En clase, no necesitaba leer el pentagrama. Simplemente con escuchar la melodía, en un par de intentos ya la tocaba en la flauta sin problemas. Así de sencillo me resultaba.

Ese curso no me esforcé en aprender a leer música, a reconocer las notas en el pentagrama, a coger soltura con el tempo, los símbolos... no era necesario. Las consecuencias llegaron más tarde: me estanqué en mi aprendizaje musical.

Y es que aunque poseas unas aptitudes magníficas para algo, si no te esfuerzas y no trabajas, al final tu rendimiento será peor que otra persona con menos aptitudes pero con mayor capacidad de esfuerzo, de trabajo y de sacrificio.

Saludos,
Raúl.

sábado, 16 de junio de 2012

Condicionamiento clásico y los Dire Straits.

Estaba estudiando 4º de carrera de Psicología cuando dejé de fumar. Por coincidencias del destino, mientras estudiaba los experimentos de Pavlov sobre condicionamiento clásico, yo mismo lo sufría en mis propias carnes de la siguiente manera:

La casa de mis padres estaba en un décimo segundo piso a las afueras de la ciudad, lo que permitía tener una vista envidiable de toda la ciudad. Uno de mis pequeños placeres era, en verano, fumar asomado a la ventana de mi habitación, con la luz apagada, escuchando a los Dire Straits.

Cuando dejé de fumar, tuve que dejar de escuchar música de noche en la habitación. Me entraban unas ganas tremendas de coger un cigarro. Había condicionado una situación, en principio neutra, (escuchar música de noche en la habitación), a las sensaciones físicas que producía la nicotina. Igual que los perros de Pavlov.

Saludos,
Raúl.

P.D1: Tratando de tranquilizar a las personas que me han enviado numerosos mensajes de preocupación, he de confesar que actualmente la situación está totalmente descondicionada, y escucho a los Dire Straits con total normalidad.

P.D2: Ahora uno de mis pequeños placeres es conducir de noche por la autovía escuchando "Romeo and Juliet" de los Dire Straits de su concierto "Alchemy". Eso sí que no tiene precio...



martes, 5 de junio de 2012

Lo complicado de valorar las consecuencias: el dedo meñique de mi mano izquierda.

Esto ocurrió cuando era muy pequeño, quizá cuando tenía 3 ó 4 años. Volvíamos de un viaje familiar, y al bajar del coche, mi hermano mayor descubrió unas piedras colocadas en hilera. Eran de un tamaño bastante grande, así que anduvo sobre la hilera de piedras haciendo equilibrios y saltó unos cristales rotos que había al finalizar la fila de piedras. Yo, ni corto ni perezoso, traté de imitar a mi hermano. Así que caminé por encima de las piedras, pero al finalizar éstas, no salté los cristales, sino que salté en los cristales. Puse las manos, y me corté en la mano izquierda.

Este suceso fue el que provocó que desde entonces no pueda doblar el dedo meñique de la mano izquierda, y que tenga una cicatriz considerable en la mano. El corte seccionó los tendones de tres de los dedos de mi mano izquierda (corazón, anular y meñique), y fue imposible coser el del dedo meñique, ya que se retrajo rápidamente.

- "Bueno, es el dedo meñique... es la mano izquierda..." me decía la gente tratando de restarle importancia a lo sucedido.

Y la verdad es que no poder doblar el dedo meñique de la mano izquierda, no ha sido una barrera en mi vida. Pero de lo que nadie se dio cuenta en ese momento, fue de una consecuencia que si no me gustase la música ni siquiera yo me hubiera dado cuenta jamás. Y es la complicación de tocar un instrumento musical (guitarra, teclado, flauta...) sin poder doblar el dedo meñique de la mano izquierda.

Y es que en ocasiones es muy complicado prever las consecuencias de ciertos hechos o comportamientos, aunque sean tan pequeños como el dedo meñique de la mano izquierda.

Saludos,
Raúl.